lunes, 1 de octubre de 2012

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martes, 14 de agosto de 2012

El corto, en su mejor versión, con ValetudoDVD-Ven y Estrénate en Seminci

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Ofrecer a cineastas en potencia la oportunidad de debutar a lo grande en un festival de prestigio. Reivindicar el cortometraje como medio para narrar historias y descubrir a directores o actores con mucho talento. Y vivir una gran fiesta en otra enorme fiesta como es la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Eran algunos de los objetivos del maratón cinematográfico ValetudoDVD-Ven y Estrénate en Seminci, producido por Culturatic y por Madison en el marco de este festival y que en 2011 vivió su primera edición.

Fueron cerca de siete horas de proyecciones, con una treintena de cortos participantes y cientos de espectadores coreando la pegadiza introducción de esta iniciativa. Las buenas sensaciones de aquella primera experiencia, en la que directores como Borja Cobeaga o Paco Cabezas ejercieron como jurados y que terminó con Alberto Valhondo como vencedor por Benita, tendrán su continuación en 2012.

Faltan apenas dos meses para que la 57ª edición de la Seminci eche a andar y, junto a ella, lo haga la segunda de este maratón de cortometrajes. De momento, ya está abierto el plazo de inscripción para que los cineastas, más o menos profesionales, con más o menos medios, pero con las mismas ganas de hacer cine, envíen sus propuestas. El espíritu de este ValetudoDVD-Ven y Estrénate en Seminci es que todos los cortos recibidos tengan su hueco durante la noche de proyecciones. Vale todo para participar, con las limitaciones (pocas) que aparecen en las bases. Eso sí, para que la fiesta sea completa, pedimos a los directores que ese día estén en Valladolid para presentar, ante el público y como se merece, sus trabajos.

El próximo 26 de octubre volveremos a disfrutar en Seminci de ese otro cine, quizás sin el brillo de las grandes producciones pero con igual (o mayor) mérito y calidad que su hermano mayor.

viernes, 27 de julio de 2012

Redes sociales, ¿cuestión de sexos?

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Si los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, ¿podemos decir también que Twitter es para ellos y Facebook -o Pinterest-, por ejemplo, para ellas? ¿Son las redes sociales, también, una cuestión de sexos?

Es cierto que cada persona, sea hombre o mujer, utiliza las redes de una forma personal e intransferible. Pero no deja de ser menos cierto que, si buscamos en la letra pequeña de esas herramientas es posible encontrar elementos que alimentan esa idea: la que reafirma las diferencias entre ambos sexos también en este sentido. Un estudio de la consultora Go-Gulf nos sirve para poner en contexto las principales redes sociales y cómo se acercan a ellas hombres y mujeres.
Al observar los datos que ofrece comprobamos cómo LinkedIn o, sobre todo Google+, cuentan con presencia masculina mayoritaria. Pinterest, por el contrario, apunta a las mujeres. Pero con matices. Considerada de manera general como una red mayoritariamente femenina, cuenta de todos modos con alguna característica que merece un comentario. Así, si nos atenemos a ese estudio de Go-Gulf, habrá que pensar que es cierto, que ellas son sus principales usuarias. La diferencia entre hombres y mujeres es, de hecho, la mayor de entre todas las redes analizadas. Si en Facebook ellos (60%) cuentan con una mayor presencia, ellas ganan en Twitter casi en la misma proporción (57%). En Pinterest, directamente, arrasan. Siete de cada diez usuarios son mujeres. Pero si miramos otras cifras que desglosan esos usuarios en función del territorio, aparecen sorpresas. Esta infografía muestra cómo, por ejemplo, depende del país, las diferencias son abrumadoras En el Reino Unido, por ejemplo, el 83% de quienes utilizan esta red visual son mujeres. En Estados Unidos, mientras, son los hombres los mayoritarios (56%).

Y, claro, en este tipo de estudios aparecen datos referidos al porcentaje de uso de las redes, no tanto a la forma en la que hombres y mujeres las utilizan. Porque, en este caso, ¿también existen diferencias? Este estudio, elaborado precisamente para determinar esas distintas formas de uso, afirma que las mujeres son más activas en los medios sociales y acceden a ellos fundamentalmente para conectar con gente conocida y reforzar lazos de amistad. También son más propensas a seguir marcas y están más dispuestas a seguir sus ofertas. Ellos, mientras, actualizan sus estados y muestran sus opiniones en las redes con mayor frecuencia.

En cualquier caso, no dejan de ser apuntes, tendencias más o menos fiables pero abiertas a otras interpretaciones. Desde aquí, buscamos respuestas a la pregunta que hacíamos al principio: ¿son las redes sociales cuestión de sexo? ¿Qué opináis?

jueves, 19 de julio de 2012

Malos tiempos para la lírica

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Han pasado ya casi 30 años, pero tenemos que dar la razón a Golpes Bajos: no corren buenos tiempos ni para la lírica ni para la cultura en general. En esta prolongada crisis que parece que se nos vaya a llevar por delante a todos, una de las víctimas está siendo la Cultura.

Un incremento del IVA del 8% al 21% ha hecho saltar las alarmas de distintos sectores de la industria cultural, especialmente el cinematográfico, ya bastante maltrecho por la reducción de espectadores en las salas y los nuevos canales de visionado de películas. También subirá para los conciertos y las representaciones teatrales, así como los servicios artísticos prestados por personas físicas. O la adquisición de obras de arte.

Mientras tanto, todo el sector sigue esperando como agua de mayo una ley de mecenazgo que dinamice la entrada de capital privado en las actividades culturales, como apoyo en un momento de fuerte reducción de las aportaciones públicas y de los patrocinios tradicionales.

Quizá la clave sea hacer borrón y cuenta nueva, definir claramente qué es cultura y qué es entretenimiento, decidir si se trata igual a la industria cultural que a otras industrias, elegir si aquélla aporta otros valores más allá del económico… y terminar con absurdos como que un mismo contenido en distintos soportes (papel o digital) tengan tratamientos distintos (nada menos que un 17% de diferencia de tipo impositivo). 


Probablemente el resultado de todas estas convulsiones termine siendo una menor oferta cultural, una mayor dificultad para acceder a ella fuera de las ciudades más grandes y, en definitiva, una vida más triste para todos

Malos tiempos para la lírica



martes, 10 de julio de 2012

'Carmina o revienta', redefiniendo la exhibición cinematográfica

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Cuando las cifras de espectadores caen (se desploman, en realidad), cuando los cines sufren las consecuencias de varias crisis superpuestas que se ceban en especial con ellos, y cuando conceptos como piratería suponen para muchos un lastre imposible de afrontar, hay quien opta por innovar en un terreno donde no todo está inventado.

El actor Paco León (Homo Zapping, Aída) se ha pasado al otro lado de la cámara en Carmina o revienta, una historia en la que navega entre la ficción y la realidad con la compañía de su propia madre, aficionada en esto de la interpretación, y su hermana, también actriz.


Lo original del planteamiento argumental se extiende en este caso también a la forma en la que su director y guionista (y metido también en tareas de producción) ha querido acercar al público su cinta. De manera simultánea, Carmina o revienta ha llegado a los cines y también se ha puesto a disposición del público en varias plataformas de descargas por Internet, como Filmin, y en canales de televisión por pago como mitele.es. En estos caso, el precio del visionado varía entre los 1,95 y los 4 euros. Y, para cerrar el círculo, 15.000 DVD de la película se han puesto a la venta el mismo fin de semana a un precio que no supera los 6 euros. Un agresivo e inédito (al menos en España) plan que añadía además acuerdos individuales realizados a través de Twitter con las salas interesadas en exhibir el largometraje.

Si el planteamiento, un verdadero experimento cinematográfico, presentaba numerosos atractivos, más los tenía comprobar qué resultados económicos arrojaría la apuesta. Y, aunque todo sea interpretable, todo cuente con matices y elementos contradictorios, lo cierto es que en general parece haber sido una buena decisión.

La ruptura de la cadena habitual de exhibición se ha saldado, en sus primeros días, con cerca de 60.000 espectadores en sus diferentes modalidades. A las cerca de 5.000 entradas vendidas en las salas de cine hay que sumar los 11.000 DVD adquiridos y las más de 17.000 descargas en las plataformas de televisión y de descargas por Internet. En estos dos últimos casos se computan dos visionados por cada DVD o descarga, de ahí el total de espectadores. Obviamente, comparar esas cifras con las del resto de estrenos que compiten de momento únicamente en las salas comerciales supondría falsear la realidad. Pero, incluso con este condicionante que no se puede obviar el resultado parece satisfactorio para un largometraje gestado con un presupuesto de apenas 40.000 euros.

El experimento, por supuesto, plantea preguntas que no siempre encuentran una respuesta sencilla. La principal es si un modelo como el planteado para este largometraje, y que ha obtenido unos resultados más o menos positivos, es aplicable a cualquier otra cinta. La lógica, claro, dice que no. Pero, aun así, merece la pena detenerse un momento y reflexionar sobre las posibilidades que existen en la actualidad para hacer llegar una película al mayor número de espectadores.

viernes, 6 de julio de 2012

Divulgación o entretenimiento, posibilidades de la realidad aumentada dentro de los museos

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El Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos es uno de los últimos en anunciar la aplicación de tecnología de realidad virtual y aumentada en sus instalaciones. Últimamente resulta relativamente frecuente comprobar cómo este tipo de espacios ofrecen a los visitantes la posibilidad de hacer un poco más cercana, un poco más real, su paso por ellos.


No es raro, claro, que los museos adopten nuevas estrategias con el fin de que la experiencia que proponen no quede en una visita al uso y sí cuente con alicientes diferentes a los habituales. En el caso del museo burgalés esa fusión entre el mundo físico y virtual que plantea la realidad aumentada se materializará en la recreación de los cuatro ecosistemas del ser humano que cuentan con presencia en el centro. Así, homínidos y animales de cada una de esas etapas evolutivas cobrarán vida ante los ojos de los visitantes.

Las posibilidades que se abren con el uso de la realidad aumentada parecen ilimitados. El Instituto Tecnológico de Castilla y León, responsable de ese proyecto en el MEH, se encuentra trabajando en otro que permitirá contemplar una sala del Monasterio de Santo Domingo de Silos, también en Burgos, que se encuentra cerrada al público.

Y hay opciones, claro, que van más allá del componente práctico o divulgativo que encierra esta tecnología y se acercan más a un concepto lúdico y divertido. Es lo que ha hecho el Rijksmuseum de Ámsterdam, que insta a sus visitantes a contemplar a través de sus teléfonos móviles las obras de arte para verlas con un punto de vista original y bastante gamberro. 

Os invitamos a verlo:


Rijksmuseum Amsterdam gets hijacked with virtual exhibition ‘Paint Job’ from brilliant after breakfast on Vimeo.

martes, 19 de junio de 2012

Los técnicos de los museos provinciales de Castilla y León, ante la realidad del uso de herramientas 2.0 en espacios museísticos, teatros, auditorios y galerías de arte de la comunidad

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La situación de espacios museísticos (museos, centros de interpretación y aulas arqueológicas), teatros, auditorios y galerías de arte de Castilla y León en la Web 2.0 ha sido objeto de presentación a un público muy concreto: responsables de museos provinciales de Castilla y León. Y es que un grupo de 18 técnicos del curso ‘Museos en la Web 2.0’, de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, asistieron a la clase teórica en la que Culturatic ofrecía el panorama general de la situación de algunas de las entidades culturales más tradicionales.

Para ello, la firma de marketing cultural realizó un resumen de la primera fase de su estudio ‘El uso de las herramientas web 2.0 por parte de las industrias culturales en Castilla y León’, correspondiente a espacios museísticos, teatros, auditorios y galerías de arte, que se desarrolló durante septiembre de 2011.

En la actualidad (junio de 2012) el estudio sigue su curso y, según las previsiones, Culturatic podrá presentar conclusiones de las siguientes fases durante los meses de julio, agosto y septiembre.

miércoles, 13 de junio de 2012

Rixar García (TaxiOviedo): "Twitter es un motor muy poderoso para fidelizar clientes'

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El de Rixar García es un caso atípico en las redes sociales. En los casos de éxito de las redes sociales. Y lo es por el ámbito en el que se mueve, poco dado todavía a embarcarse en aventuras que tienen en el 2.0 su punto de partida. García es TaxiOviedo, un taxista de la capital del Principado que, con Foursquare o, ahora con Twitter, ha conseguido una repercusión que trasciende las fronteras de España y lo han situado como un referente. El taxista pasó por Valladolid para compartir su experiencia en una nueva jornada del proyecto Iniciador, que acogió en esta ocasión el Palacio de Santa Cruz. Allí, los asistentes conocieron de primera mano la frenética actividad de García en redes sociales. Pocas ha dejado de probar y de alimentar en un día a día que le ofrece las suficientes horas para volcarse en un terreno que le ha servido para aumentar su facturación. En su intervención, además de explicar cómo pueden aprovecharse de manera imaginativa y sin grandes esfuerzos económicos las redes sociales, apuntó otra serie de valores que nunca deben descuidarse, como el del sentido común a la hora de centrarse en esta materia.



¿Cuál es el trabajo de TaxiOviedo?
Me gusta hablar de cómo un taxista ordinario es capaz de hacer cosas extraordinarias. Lo más importante que estoy haciendo es posicionarme como ejemplo, un poco como inspiración, para que otros taxistas y autónomos se planteen las redes sociales como una forma de superar la crisis, o al menos para que no les afecte tanto como a otras personas. Mi experiencia en redes me ha proporcionado un colchón para protegerme de la crisis. También estoy muy interesado en la Responsabilidad Social Corporativa y creo que es el momento de que los autónomos y las pymes se esfuercen y busquen formas de utilizar acciones de RSC. Es bueno para la empresa y para todos.

¿Son las redes sociales vehículos aptos para cualquier tipo de negocio?
Las redes sociales son personas. Si todas las personas están preparadas para dedicarse a cualquier negocio, entonces creo que sí. Lo único que necesitas es sentido común y enfocar las cosas con honestidad. En todos los negocios se deberían respetar esas normas. Si las cumples, en redes sociales o en cualquier otro ámbito, tendrás éxito.

¿Por qué hay que estar en redes sociales?
Animo a que la gente acceda a las redes sociales primero porque es gratis y segundo porque puedes tener muchas oportunidades. Las recomiendo encarecidamente. Estoy convencido de que quien comienza en redes puede utilizarlas de una manera positiva para su trabajo. Yo me he convertido en un caso de éxito. La realidad es que, en mi día a día, la facturación ha crecido entre un 15 y un 25 por ciento en mis trayectos favoritos. Gracias a las redes sociales, a mi presencia en Twitter y a los contactos que hago ahí gano más dinero. El modelo de negocio, hoy en día, se basa en las webs, pero yo he tratado de diferenciarme, buscar nuevos caminos. Empecé a usar blogs cuando vi que mis clientes los utilizaban. Después vi que los clientes se iban a Twitter, y decidí posicionarme ahí para que pudieran contactar conmigo. He comprobado que esta red es un motor muy poderoso para fidelizar clientes.

¿Qué espera en el futuro?
La geolocalización es lo que viene. Soy un ejemplo algo exótico en Foursquare. En cuanto a la forma de usarlo, de aprovechar sus posibilidades, he sido el primero. Hay un montón de posibilidades que todos tenemos que encontrar para aprovechar la geolocalización. El componente de juego que ofrece es muy importante, pero hay mucho más. Cuando se ajuste aún más nos podrán avisar, por ejemplo, de que nos hemos pasado una oferta en el supermercado. Yo tuve una repercusión mundial gracias a una simple pegatina de Foursquare que coloqué en mi taxi. Eso llegó a sus oficinas, caí en gracia, y tuve la oportunidad de hacer un viaje recorriendo Estados Unidos y haciendo ‘check-in’ por todo el país para conseguir todos los badgets posibles. Es algo a lo que he tenido acceso gracias a las redes sociales.

viernes, 8 de junio de 2012

Palencia, primera ciudad española que recibe el premio Google Ciudad Digital

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Antonio Silván, consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, y Bárbara Navarro, directora de políticas públicas y asuntos institucionales de Google España han sido acompañantes de lujo esta mañana (8 de junio de 2012) del alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, que ha recibido con una amplia sonrisa el premio Google Ciudad Digital que la compañía ha otorgado a la capital palentina. 
El consejero ha mostrado su satisfacción por este premio a la ciudad y ha trasladado el apoyo de la Junta de Castilla y León a Palencia. Ese apoyo, ha explicado, también se ha traducido en una mención especial desde el propio Gobierno Regional por el desarrollo TIC.
“Internet se está convirtiendo en un relevante escaparate para muchas empresas tradicionales y consecuentemente se está convirtiendo en una salida en un momento como el actual. No estar presente en determinados espacios significa, simplemente, no existir”, ha dicho Bárbara Navarro. 
A continuación, la responsable de Google ha explicado que proyectos como Smartcity o alumbrado inteligente, sistemas de geolocalización de aparcamiento para personas discapacitadas o el uso de aplicaciones de nuevas tecnologías para trasladar de forma transparente información institucional a los ciudadanos han sido algunos de los motivos que han llevado a Google a otorgarle el premio a Palencia.
El alcalde de la ciudad ha destacado no sólo las posibilidades de calidad de vida de Palencia, sino también su espíritu emprendedor: “Hay mucha gente con muchísimas ganas”. 
“Los premios Google Ciudad Digital se diseñaron en 2011 y han sido otorgados en otras ciudades europeas”, ha leído el alcalde directamente de la misiva en la que se le comunicó que Palencia había sido elegida para el premio. En la carta, enviada hace dos meses, no se cita ninguna otra ciudad española, por lo que Palencia ha sido la primera ciudad que recibe el reconocimiento en España aunque otras, como Alicante o Elche, han recogido recientemente idéntico galardón.
“Quiero compartir este premio con toda la ciudad. Este premio no es un reconocimiento más; es un premio que no se puede comprar, ni que se otorga por empatía. Se otorga como reconocimiento a un esfuerzo en el que han tomado parte las pequeñas y medianas empresas de la ciudad de Palencia”, ha explicado Alfonso Polanco, que acto seguido, y tras recibir el premio, lo ha pasado a los presentes en el abarrotado Salón de Plenos del Ayuntamiento de Palencia para que todos pudieran tenerlo en sus manos.

jueves, 7 de junio de 2012

La Feria del Libro de Madrid, un termómetro para calibrar la situación real del libro digital en España

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Hasta el día 10 de junio la Feria del Libro de Madrid se transforma en una especie de sensor sobre el devenir la industria editorial y también sobre las preferencias de los lectores. Preferencias que, desde el año pasado, no sólo tienen que ver con los gustos sobre uno u otro autor, un estilo de literatura u otra. Tiene que ver también con la forma en que esos lectores prefieren devorar una a una las páginas, si a través del papel o si mediante el poder de la tecnología y del entorno digital. Desde 2011, los libros electrónicos conviven con los tradicionales en esta feria y son ya un grupo numeroso de libreros quienes ofrecen ambas alternativas a los visitantes.

Este hecho, quizás anecdótico, quizás simplemente inevitable, sirve para recordar la manera en la que el formato digital va adquiriendo protagonismo en un mercado convulso y que vive una etapa de transformación y adaptación con unas perspectivas aún un tanto difusas.

En lo que, de alguna manera, gran parte de los implicados en esta industria coinciden, es que este 2012 será un año de inflexión para el libro digital en España. El Observatorio de la Lectura y el Libro, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, apuntaba en marzo de este mismo año algunos datos que hacen suponer que, si 2011 fue el año del despegue, 2012 será el de la aceleración en el mercado de los libros electrónicos. Y eso que, con las cifras en la mano, la sensación es que el camino es todavía muy largo. Así, el porcentaje de lectores digitales alcanzaba en el momento de la publicación del último estudio del Observatorio el 6,8 por ciento, un punto y medio más que en 2010. Entre los jóvenes entre 14 y 24 años, ese porcentaje superaba el 13 por ciento. Además, el número de editoriales españolas que ya publican libros digitales ha alcanzado ya las 500. Y aunque son muchas las que todavía no han renunciado al papel, también son cada vez más los casos de las que nacen con una orientación exclusivamente digital. Aquí os dejamos el informe completo.

En Culturatic ya abordamos la situación del e-book en España durante la pasada edición de la Feria del Libro de Valladolid y de su papel clave para alimentar el nivel educativo. De hecho, el crecimiento constante y ya imparable del libro electrónico ocupa uno de los principales puestos en cuanto a las preocupaciones de Culturatic, y así queda reflejado en actividades como esas mesas de expertos en la feria vallisoletana que organiza desde hace tres ediciones.


jueves, 31 de mayo de 2012

Los contenidos digitales, un rentable producto para la industria

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Antonio Saravia, director adjunto de Economía Digital de Red.es, e Ignacio Pérez Dolset, presidente del Área Sectorial de Contenidos Digitales de AMETIC, ofrecieron ayer (30 de mayo de 2012) su visión del sector en la mesa redonda sobre contenidos digitales del Encuentro Regional de Empresas de Tecnologías de la Información celebrada en Zamora, organizada por AETICAL y AZEINFO. Moderó la sesión Óscar Mena, director gerente de Culturatic.


Los ponentes, Antonio Saravia e Ignacio Pérez Dolset, con Óscar Mena

Antonio Saravia ofreció el enfoque de la Adminsitración Pública y adelantó las medidas que se perfilan para el futuro próximo. Específicamente en el marco de la nueva Agenda Digital para España, se detuvo en el espacio dedicado a los contenidos digitales.

Por su parte, Ignacio Pérez Dolset, cargó las tintas en las posibilidades de los contenidos digitales para la industria digital y no tanto en la experiencia de usuario de esos contenidos. No en vano, Pérez Dolset es el productor de Planet 51, la película de animación española que, si por algo se caracteriza, es por haber batido récords de recaudación.

La financiación de proyectos de I+D+i y de contenidos digitales, sobre la mesa del Encuentro Regional de Empresas de Tecnologías de la Información

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De izquierda a derecha, Óscar Mena, de Culturatic,
y Emilio Iglesias, del CDTI
Las posibilidades de ahondar en la industria de los contenidos digitales con la ayuda del CDTI quedó más que demostrada ayer (30 de junio de 2012) en la mesa ‘Área del Financiación de Proyectos’ del Encuentro Regional de Empresas de Tecnologías de la Información celebrada en Zamora bajo la organización de AETICAL y AZEINFO.

En la sesión, moderada por Óscar Mena, director gerente de Culturatic, Emilio Iglesias, jefe de área del Departamento de Telecomunicaciones, Electrónica e Informática del CDTI, presentó los instrumentos financieros de la entidad para I+D+i, el fondo tecnológico para Castilla y León, y las convocatorias europeas de I+D+i para contenidos digitales.

En este último aspecto, destacó las tecnologías que potencian la distribución de contenidos digital sobre todo en dos grandes áreas: la difusión del español como lengua y los contenidos culturales.

jueves, 17 de mayo de 2012

Las redes sociales como forma de llenar salas de cine

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Hace ya más de una década, en 1999 concretamente, dos cineastas apenas sin experiencia, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, reventaron las taquillas cinematográficas de todo el mundo con una película de terror disfrazada de documental. Una milimétrica campaña viral iniciada meses antes y en la que se usaron tanto los medios de comunicación tradicionales (falsas noticias aparecidas en periódicos y televisión), como en una Red que ya había despegado y en la que comenzaban a proliferar blogs. Desde estos espacios aparecían informaciones acerca de la supuesta desaparición de un grupo de estudiantes y lo relacionaban con extraños sucesos en la zona donde se los vio por última vez. El éxito de la campaña propició que muchos espectadores pensaran que lo que iban a ver al cine no era una película de ficción, sino una cinta real hallada en el lugar de la desaparición y que auguraba terroríficas sensaciones.

El caso de El proyecto de la bruja de Blair fue uno de los primeros en los que el cine utilizaba el potencial social de Internet para atraer público a las salas. El resultado, 35.000 dólares de inversión que se multiplicaron hasta alcanzar los 250 millones de recaudación. El reciente anuncio de una secuela de la película nos hace preguntarnos por los derroteros que llevará las campaña de promoción ahora que las redes sociales han alcanzado una dimensión inimaginable hace una década.
Las redes sociales son uno de los terrenos en los que, cada vez con mayor peso, las distribuidoras juegan sus cartas para movilizar a los espectadores meses antes del estreno de sus grandes estrenos. La viralidad, el contagio que favorecen estas herramientas, favorecen su apuesta. El estreno de mayor éxito en lo que llevamos del año debe gran parte de la respuesta en la taquilla a una labor efectiva llevada a cabo en estas redes. Es cierto que Los juegos del hambre surge de una saga literaria seguida por millones de lectores –sobre todo jóvenes- en todo el mundo, pero eso no resta valor al trabajo desarrollado por el equipo de marketing de la película. Una labor continuada y con la que se ha tratado de que el público se sintiera, en la medida de lo posible, protagonista de la película. Twitter, Youtube o Facebook, con juegos como este han mantenido vivo el interés por la película durante meses.



Podríamos hablar de ejemplos más o menos parecidos (últimamente, J.J. Abrams, el creador de series como Perdidos o Fringe, consigue siempre sorprender con sus producciones, como Super 8), pero terminamos con un título que no llegará a los cines hasta el mes de julio pero que ya ha desatado un tremendo ruido en la Red. El caballero oscuro: La leyenda renace es la tercera entrega del Batman que Christopher Nolan revitalizó hace unos años. El lanzamiento de la película está apoyado en ideas como esta, una página en la que la imagen promocional está compuesta por los avatares de los cientos de seguidores que, a través de Facebook o Twitter, se adhirieron a la campaña. Esta es, simplemente una de las docenas de acciones que pueden encontrarse en la Red y que comparten el objetivo común de llenar las salas en el momento de su estreno.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Gabriel Aldamiz: “El éxito o fracaso de los emprendedores no depende en absoluto de las Administraciones Públicas, y menos en el caso de Internet.

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La última edición de Iniciador Valladolid recibió en la Cámara de Comercio al cofundador de Chicisimo.com, Gabriel Aldamiz, que visitaba esta iniciativa para explicar a los emprendedores cuáles son las claves para lanzar una startup en Internet. Aldamiz ha impulsado durante los últimos años distintos proyectos hasta que, en 2008, fundó, junto con María Arenaza, este sitio en el que miles de chicas comparten su estilo de vestir. Chicisimo.com es ya la mayor comunidad de moda de Europa, aunque Aldamiz confía en un crecimiento mucho mayor en los próximos meses. Allí, las usuarias registradas suben sus fotografías para mostrar los looks que han sabido combinar y recibir los votos y comentarios del resto de la comunidad.

El de la moda, apuntaba Aldamiz en su charla en Valladolid, es un negocio que aún no ha explotado en Internet de la misma manera que otros, como la música. Durante su intervención, que comenzaba con toda una declaración  de principios, “los emprendedores somos todos unos flipados”, apuntaba ideas y consejos para los futuros (o incipientes) emprendedores. Entre ellos, el de huir de proyectos inabarcables y dirigirse a un público lo suficientemente concreto como para poder ofrecerle un valor diferenciador.



Después de la experiencia que ha acumulado, ¿cree que Internet es un campo mas propicio para los nuevos emprendedores? ¿Hay riesgo de burbuja?
-Creo que hay oportunidades tanto en Internet como fuera de ella. Nosotros estamos más centrados en Internet y ahí ponemos el foco, nada más. No creo que haya una burbuja, y si la hay será en empresas concretas. Estamos delante de una oportunidad brutal que muchas compañías de Internet están aprovechando, generando unos ingresos que quizás no trascienden pero que son enormes. Internet es muy amplio, pero sí hay muchas empresas en las que la parte online está creciendo mucho más que la parte offline.

¿Es fácil emprender en España? ¿Existen los suficientes estímulos y ayudas por parte de las Administraciones, por ejemplo?
-Los emprendedores deben dejar de hablar de las Administraciones Públicas y de sus posibles ayudas, porque su éxito o fracaso no depende en absoluto de ellas. Y menos en el caso de Internet. Un empresario de Internet se debe centrar en su negocio, en encontrar su nicho. Si quiere gastar algo de su tiempo en buscar alguna ayuda, perfecto, pero el liderazgo y la responsabilidad es exclusiva del emprendedor. Creo que es muy importante ignorar a la Administración Pública.

Ha trabajado varios años en EE.UU. ¿Qué diferencias ve en cuanto al papel de los emprendedores allí y en España?
-Dentro del ecosistema de Internet y de emprendedores de Internet en España no veo absolutamente ninguna diferencia con los emprendedores de Internet en EE.UU. Esta es una respuesta quizás poco habitual, porque estamos habituados a llorar, pero los emprendedores que conozco aquí son igual de buenos que los que conozco allí. Allí hay más ecosistema, el mercado es mucho más grande y todos prestan atención a ese mercado, y si tienes éxito allí es más fácil tenerlo en el resto del mundo, pero también es mucho más difícil alcanzar ese éxito. En realidad, hay oportunidades aquí y allá.

Si piensa en su trayectoria como emprendedor, ¿con qué lección se queda?
-Al final aprendes muchísimas cosas. A medida de que vas haciendo proyectos vas acertando más en las cosas que hay que hacer y vas dependiendo más de ti mismo, en contra de lo que ocurriría si no emprendieras, donde sí dependerías de otras personas. Creo que merece la pena intentarlo, sin ninguna duda.

domingo, 6 de mayo de 2012

Un rápido repaso a la última Feria del Libro de Valladolid

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Culturatic presta desde hace unos años una especial atención a la Feria del Libro de Valladolid, uno de los acontecimientos culturales de mayor arraigo y trascendencia de los que se celebran en la capital castellana. Esa atención, además, no se queda en la mesa dedicada al libro electrónico de la que ya os hablamos, y que en 2012 tuvo en la educación su centro de interés. Culturatic participó de manera activa en una edición de la feria más austera pero que compensó la pérdida de algunos expositores con un cambio de ubicación que, en general, se saldó con una buena nota.

Por la Cúpula del Milenio, el recinto que albergó la 45ª edición de este encuentro protagonizado por el libro, pasaron cerca de 20.000 visitantes, cifra similar a la del año anterior pese a la reducción de horario que experimentó la cita. Si las casetas de libreros, editoriales o las institucionales representan el núcleo central de la feria, los actos más concurridos suelen ser los encuentros que los escritores mantienen con sus lectores. Clara Sánchez, Inma Chacón, Enrique Vila-Matas o el vallisoletano Gustavo Martín Garzo fueron algunos de esos nombres propios que mayor atención acapararon durante estos días.

Talleres de ilustración, veladas poéticas, homenajes y actividades para los más pequeños completaron un cargado programa en el que, comentábamos al principio, Culturatic contaba con una cuota importante de participación. Varios concursos de naturaleza literaria ponían el acento competitivo en esta feria con la colaboración y el patrocinio de esta firma. Facebook es el terreno en el que se desarrolla Encaja400, un certamen de relato hiperbreve que terminó por adjudicarse María Domínguez por ‘Así de simple’.



La tercera edición del Redlato Participativo Culturatic-Feria del Libro de Valladolid comenzó su andadura semanas antes con el primer fragmento, escrito por Rubén Abella. Carlos Aganzo se  ocupó de ponerle fin y, en el medio, escritores aficionados construyeron poco a poco una historia que comenzaba con una confesión y derivaba en pasiones y ajustes de cuentas con el pasado. Además de todos los ganadores parciales que propició este concurso, Rocío de Juan obtuvo uno adicional que reconocía el mejor título para este original ‘redlato’. La propuesta, ‘El nombre de todos las mujeres’.

Si los anteriores concursos tienen ya un recorrido de tres años, uno nuevo aterrizaba en esta edición con la intención de convertirse en un punto de encuentro para todos aquellos con inquietudes literarias. Bajo el lema ‘Aquí te pillo, aquí te escribo’, el I Concurso de Literatura Exprés Ciudad de Valladolid proponía a los participantes construir un relato en cinco horas y con cinco folios a partir de un tema elegido momentos antes de que comenzara el tiempo para escribir. Tras la selección de un jurado profesional y el voto definitivo del público, el vencedor en este caso fue Antonio García Encinas.

miércoles, 2 de mayo de 2012

En la educación y la formación está la clave

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Durante la III Jornada del e-book de la 45 Feria del Libro de Valladolid se ha destacado el papel de la educación como herramienta principal para implantar adecuadamente las nuevas tecnologías. Este tema ha sido abordado en el debate realizado, previo a las ponencias de esta jornada, y en el que han participado José Alberto Hernández, Esteban Lorenzo y Miguel Gómez-Alexandre.



José Alberto Hernández: “Es un camino que hay que hacer sin prisa, pero sin pausa”

José Alberto Hernández, Jefe de Servicio de Formación de Profesorado de la Dirección General de Innovación Educativa y Formación del Profesorado de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, ha hablado sobre la necesidad de formarnos en las nuevas tecnologías. 'No es tanto la edad como la capacidad para adaptarse. Desde la Consejería queremos ayudar en esa formación, de hecho tenemos un proyecto piloto para la formación de los profesores. Queremos que cada centro, dentro de sus posibilidades,  vaya poco a poco. Es un camino que hay que hacer sin prisa, pero sin pausa.” A lo que ha añadido, “ Es muy importante disponer de un profesorado formado, de recursos y adaptarnos al medio que nos ha tocado vivir”.

“Los alumnos y los profesores se van a subir a la nube”, según el ponente. Para que esto pueda llevarse a cabo, José Alberto Hernández asegura que se necesitan tres elementos: una escalera, lo que sería el equipamiento tecnológico; un camino o vía, un plan de formación del profesorado para conocer las herramientas y sobre todo para enseñarles a sacar a los alumnos el máximo aprovechamiento de esas tecnologías, y, por último, un plano, lo que sería la infraestructura de servicios de la Consejería, que pone a disposición de los usuarios para su utilización.

Esteban Lorenzo: “Vivimos una revolución e Internet es el motor de cambio”

Esteban Lorenzo, director de Edebé Digital en el Grupo Edebé, ha reconocido que en estos tiempos 'debemos ser más flexibles a la nueva realidad del entorno de la escuela 2.0'. Al igual que el resto de los ponentes, cree que la formación del profesorado es la clave para ir por el camino adecuado y reconoce que las editoriales se están adaptando, poco a poco, a este nuevo panorama. “Nos encontramos en un proceso de cambio, vivimos una revolución. Internet es el motor de cambio, pero no me atrevo a predecir el futuro.

La Editorial Edebé ha desarrollado una plataforma, Esemtia, que sirve para la gestión pedagógica. A través de ésta se puede monitorizar en tiempo real la evolución del alumno y permite tener una educación personalizada. Esta plataforma está siendo utilizada por más de 100 colegios en España y más de 300 fuera de nuestras fronteras.

Miguel Gómez- Alexandre: “Tiene que haber un cambio en el modelo pedagógico”

Miguel Gómez-Alexandre, director de Zinia.Expertos en Comunicación 2.0, asegura que desconce cuál es el futuro de libro. “No tengo ni idea por dónde va a ir el futuro del libro. Lo que sé es que dentro de cinco años el papel seguriá existiendo. El libro en papel convivirá con el libro digital”.

Además, ha dado su opinión sobre la escuela 2.0. “El cambio que tiene que llegar no es tecnológico en sí, la tecnología la tenemos. Tiene que haber un cambio en el modelo pedagógico, pero esto no se va a producir a corto plazo, se irá produciendo progresivamente. Los alumnos sí estan preparados, la tecnología sí está preparada, pero los profesores no', matizó Miguel Gómez-Alexandre.

Según este ponente, el libro electrónico puede aumentar mucho el hábito de lectura. La adaptación de los alumnos a este formato es sencilla porque la nueva generación ya está preparada. Lo que resulta muy necesario en este sentido es “la filtración de contenidos y la reducción del precio actual, pues sigue siendo elevado”, concluyó el director de Zinia.

Esta tercera jornada del e-book ha sido organizada por Culturatic y la Feria del Libro de Valladolid y ha sido moderada por Óscar Mena Aparicio, director gerente de Culturatic.

La III Jornada del e-book aborda la situación actual del formato electrónico y el modelo de educación 2.0

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Alberto Abella, Joaquín Pinto y Fernando Martín hablan de los aspectos más importantes a tener en cuenta en la educación y en la comercialización, distribución y generación de contenidos del e-book.

Alberto Abella: “Hay que enriquecer los contenidos para que sean interactivos”

Alberto Abella,  socio de Rooter, ha expuesto durante su intervención cinco temas claves:  los nuevos comportamientos de la lectura con el surgimiento de nuevas formas,  la oportunidad que suponen los mercados digitales,  las principales plataformas online de venta en el mundo (Amazon y Google),  las consideraciones jurídicas a la hora de comercializar los libros electrónicos y  la estrategia de digitalización de los contenidos.

Las principales conclusiones de su ponencia son que los hábitos de lectura están cambiando con la aparición de nuevas formas, y que los mercados digitales son una gran oportunidad, “el que primero que llegue y lo haga se llevará el negocio”, según Abella. En este sentido, hay que tener en cuenta que España es una potencia en el sector editorial.

Además, ha reconocido que “aunque no tenemos un mercado como el norteamericano, el retraso puede ser de 12 a 18 meses, la gran mayoría de los usuarios, al menos en EE.UU, ya tiene claro lo que es un libro electrónico”.  Ha continuado su discurso destacando la necesidad de desarrollar una estrategia de digitalización  de los contenidos, “ hay que enriquecer los contenidos para que sean interactivos, así como posicionarse correctamente, con el uso de palabras claves, las técnicas SEO y SEM y llevar a cabo acciones en Social Media”.

Joaquín Pinto: “Es muy necesaria la formación de los profesores y del alumnado en la tecnología”

“Hace aproximadamente 100 años se hundió el Titanic por chocar con un iceberg”. Así comenzó Joaquín Pinto, director del Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, su ponencia. Desde el punto de vista tecnológico, “para no chocarse con un iceberg tienen que desarrollarse una serie de ramas que son necesarias. El insumergible se hundió. Es necesario el equilibrio del sistema para que cada una de las partes funcione como tiene que ser. Por lo que es muy necesaria la formación de los profesores y del alumnado en la tecnología.  La normalidad es mucho mejor que la novedad. Cuando las tecnologías se normalizan es cuando se aprovechan al máximo todas sus posibilidades”.

Según Pinto, Internet es fundamental: ahí encontramos interactividad, contenidos, materiales multimedia, enciclopedias..., que son la identidad de lo que estamos haciendo esta generación.
La mejora de las aulas en Internet se está haciendo de forma progresiva, al igual que las herramientas que se necesitan para su uso. En general, “los profesores son personas muy bien formadas en el ámbito tecnológico, pero no controlan cómo deben ser aplicadas, como nos ocurre al resto de los profesionales”, advierte.

¿Qué debemos entender por educación 2.0? “Actitudes, capacidades personales y competencias que han de desarrollarse de tal forma que la educación se adapte al mundo tecnológico”, según Joaquín Pinto. Es necesario en este entorno además motivar al alumno para la generación de contenidos.

Fernando Martín: “En el ámbito de la investigación ha habido un cambio brutal”

Fernando Martín, director técnico del Consorcio BUCLE (Bibliotecas Universitarias de Castilla y León y Libro Electrónico), ha centrado su charla en el ámbito de la educación. Cuál es la situación o la realidad del libro electrónico en la universidad.

Hoy en día el cambio en las universidades es evidente. Tenemos pizarras digitales, ordenadores, una serie de recursos que convierten a cualquier universidad española en dos modelos definidos: plataforma física y plataforma de educación virtual. Esto en el ámbito de la docencia, ¿pero qué ocurre en el de la investigación?

Teniendo en cuenta que España es el país que más publica, “el cambio en el ámbito de la investigación está siendo brutal. Tenemos un modelo pedagógico en cambio progresivo, miramos hacia el 'blended learning' (plataformas virtuales que apoyan la formación asistencial), hay desarrollo de las TICs en todos lo ámbitos y estamos ante una revolución de la metodología en la investigación”.

Las bibliotecas también han cambiado: ahora, a partir de las web, se pueden poner a disposición de los alumnos contenidos digitales, aplicaciones para dispositivos móviles... “Hemos querido adaptar la universidad a la necesidad que tienen los investigadores. Hace 15 ó 20 años sería impensable que los investigadores hicieran esto. Por eso, el cambio ha sido terrible”, explicó Fernando Martín.

Lo mismo ocurre con las publicaciones, se ha pasado de hemerotecas de papel a poder acceder a millones de artículos en la red y en los dispositivos móviles. Desgraciadamente, con el libro electrónico no ocurre lo mismo.

“Suceden cosas que son problemas para que el libro electrónico arraigue en la universidad.  Sólo un 10% de los contenidos están en formato electrónico. Este es un  bajo porcentaje”. No obstante, cada vez se invierte más en las universidades en información electrónica y esto es muy positivo. De hecho, Fernando Martín, asegura que el negocio de las bibliotecas son los contenidos digitales. “Hemos pasado de tener 200.000 suscripciones en formato papel a 1.400.000 suscripciones a e-revistas, del año 1994 al 2010.

El libro electrónico, por tanto, tiene tres usos diferentes en la universidad: como soporte para el aprendizaje (manual básico del alumno), como soporte a la investigación y como soporte para la docencia.

De esta última ponencia destacan dos conclusiones principales: la primera, que la revista electrónica se consolida en las bibliotecas, y la segunda, que el libro electrónico está teniendo un desarrollo lento en éstas y que está muy condicionado por el modelo impuesto por la revista científica.

viernes, 27 de abril de 2012

III Jornada monográfica sobre el e-book

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Os esperamos el próximo miércoles 2 de mayo en la tercera Jornada monográfica sobre el e-book, que hemos titulado "Cuando el conocimiento pierde los papeles", y que estará dedicará especialmente a la incidencia que puede tener el libro electrónico en el entorno educativo. Será a las 16:00 horas, en el salón de actos del Edificio de Servicio Múltiple de la Plaza del Milenio, en el ámbito de la Feria del Libro de Valladolid.

Contaremos con Alberto Abella, socio de Rooter, Joaquín Pinto, de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez; Fernando Martín, director técnico del Consorcio Bucle -Bibiliotecas universitarias de Castilla y León y libro electrónico; Miguel Gómez-Aleixandre, director de Zinia; Esteban Lorenzo, director de Edebé Digital, del grupo Edebé; y la moderación de las mesas por parte de Óscar Mena, gerente de @culturatic.

III Redlato Participativo Culturatic-Feria del Libro de Valladolid

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Soy Efrén Balboa. ¿No cae usted? ¿Mi nombre no le suena? Déjeme que pruebe con mi mote, entonces, a ver si le dice algo: el Vecino Loco. Así es como me bautizaron los periodistas cuando ocurrió lo de la calle Prosperidad. Seguro que se acuerda, ¿verdad? El Vecino Loco, sí señor. Ese soy yo. Y se preguntará a qué se debe esto. Por qué después de tanto tiempo —tres años son una eternidad, créame, especialmente en un lugar como éste—, por qué después de tanta desgracia, decido ahora abrirme paso en su memoria. La razón es simple: quiero contar la verdad. Dirá usted que es demasiado tarde, que el caso está cerrado, que todo lo que podía decirse se dijo ya durante el juicio. Pero no es cierto, al menos no del todo. Aquel juicio fue una farsa, un circo de tres pistas, y lo único que se dijo en él fue mentiras. No soy un monstruo. No hice lo que afirman que hice. Puede que sea tarde, eso sólo Dios lo sabe, pero quiero quitarme esta losa de encima. Quiero contar lo que de verdad sucedió. Con que usted me crea, me basta. Entiéndame bien: la única recompensa que busco con esta confesión es la paz.
          
Empecemos, pues, por el principio.

Primero llegó ella, Felicia Böcking. Supe que se llamaba así porque la misma tarde de su llegada, al salir a hacer la compra, vi su nombre escrito en el buzón. Alemana, pensé mientras llenaba el carro del supermercado, y me gustó la idea de que lo fuera porque los alemanes suelen ser gente educada, que respeta las normas y no molesta a sus vecinos. Soy conductor de autobús. —bueno, lo era, ahora ya no soy nada—. Por aquella época me levantaba a las cinco de la mañana y necesitaba dormir bien para no perder la concentración al volante. La seguridad de mucha gente dependía de ello. Con el anterior inquilino del 2ºA no había tenido problema alguno. Jaime, se llamaba. Era un hombre prudente, cuyos sonidos domésticos jamás atravesaron la pared que compartían su cuarto de estar y mi dormitorio. Pensé que con Felicia sería igual. Que con una vecina alemana mi descanso estaba asegurado. Pero a eso de la una de aquella primera noche, estalló la música —un chunda-chunda estentóreo, con un bajo reverberante que hacía temblar la pared—, y supe que se avecinaban tiempos difíciles.


Rubén Abella © 2012


Quizá esta conclusión le parezca exagerada, a fin de cuentas aún no la conocía personalmente y tal vez lo más lógico hubiera sido pensar que se trataba de una fiesta de bienvenida a las que tan dados son en otros países. Puede, pero no se lleve a engaño conmigo. No soy hombre de prejuicios, ni mucho menos. Llámelo intuición de perro viejo. Créame cuando le digo que si hay una cosa que desde niño jamás he podido soportar es la mala educación. Supongo que sabrá -porque mi vida estuvo expuesta durante el juicio como los menudos de una casquería-, que me crié en ambiente sencillo. Mis padres fueron gente de campo, pero me inculcaron a fuego los principios del respeto a todo lo que me rodease. Respetar y hacerme respetar. Estará de acuerdo en una cosa no quita la otra, ¿verdad? No todo el mundo tiene claro este principio básico. Y no piense que le hablo sin conocimiento de causa, quince años al volante del autobús viendo subir y bajar a tanta gente da para mucho. Conozco bien a las personas. Durante años he visto cientos de pasajeros enfilando la rampa del autobús, pasando delante de mí con la mirada clavada directamente en el lector de tarjetas, sin articular ni media palabra. Sólo “Buenos días”, tampoco se hubiera necesitado más, digo yo. Uno no es invisible, por mucho que algunos se empeñen. A ver, entiéndame, que tampoco hubiera pretendido que a alguno de los habituales se le ocurriera preguntar “¿Qué tal, Efrén, cómo va esa vida?”, aunque he de reconocer que en según qué ocasiones me hubiera gustado más allá de la simple pregunta. Por otra parte, mejor; cuanto menos contacto, menos problemas. Nada mejor que el propio aire para respirar. Sé lo que digo, se puede estar encapsulado en medio de un montón de gente y he aprendido a valorarlo por necesidad.

Convendrá conmigo en que cuando Felicia inauguraba su convivencia vecinal de manera tan estruendosa no hacía sino enarbolar descaradamente una bandera de guerra, ¿no lo cree así? Porque con esa actitud no realizaba un asentamiento pacífico, sino que invadía sin piedad mi espacio acústico, mi territorio.

Desde luego, en aquel momento, a la una de la mañana y con los latidos aún desbocados por el sobresalto, lo único que pensé es que hay extranjeros que tienen poco de extranjeros.

Felicia, un nombre un poco raro, me suena a felicidad, ahora mismo también a un modelo de un coche polaco o algo así, la verdad es que no estoy muy seguro. Yo esperaba que con ella iba a seguir la felicidad de la paz en el edificio, y al final debía llamarse más bien Malicia, que me recuerda también ahora mismo a mala leche. En fin, dicen que la convivencia entre personas no es fácil, y sobre todo en comunidades de vecinos, donde casi siempre suele haber alguno o alguna, y puede ser hasta una familia entera, que te complica la vida y la del resto de residentes en el edificio.

Felicia vivía sola, o al menos eso pensaba yo, porque no había visto entrar o salir y menos hablar a nadie a lo largo del día en su apartamento. Mi turno en el autobús acababa casi siempre antes del mediodía, cuando volvía poco después a casa a tomar una buena ducha y descansar un rato antes de hacer alguna actividad en la tarde. Yo sí vivía solo, me estaba acercando a los cuarenta pero no me preocupaba la soledad del hombre solitario, porque aunque no tenía muchas amistades las disfrutaba siempre que podía, además de las obligadas de la familia, padres y un hermano bufón como el que más. En fin, no mucho que contar en una vida sencilla, algo monótona se podría decir pero yo era feliz, aunque fuese a mi manera, eso era lo importante al fin. Si nadie se metía conmigo, menos yo me iba a meter. La verdad hasta que esta …, bueno, esta señora se metió en mi vida, y lo fue desde el momento que supe de ella y conocí su nombre, unas pocas horas después, a una hora inusual, muy humillante con razón para mí.

Y no era música clásica o ambiental la que sonaba en el ambiente para amansar las fieras; el sobresalto me hizo sentarme en la cama, el corazón jaleaba al ritmo del bajo que atravesaba las finas paredes. No recordaba otro momento como ese, salvo algún que otro frenazo brusco del autobús para evitar un accidente y que te lleva el corazón cerca del cuello. La fiera, adormecida a lo largo de toda mi vida, despertaba y vaya que con qué fuerza.

Firmemente decidido a dejar las cosas bien claras desde el primer día, me levanté furibundo de un salto. Estaba a oscuras, pero sentía la cara roja de rabia como si por sí sola iluminara todo. Se lo aseguro: pocas veces he estado tan fuera de mí. Avancé torpemente por el pasillo casi a ciegas, dando tumbos hipnóticos por las paredes. Al apoyarme en ellas seguía percibiendo con nitidez las vibraciones de la música en las palmas de las manos. Igual que las patadas de un feto diabólico, créame. Además había olvidado las zapatillas y con tanto ímpetu predador, me enganché de sopetón el meñique del pie en la pata de la consola. Le confieso que no tengo ninguna fe en el más allá, pero ahora pienso si eso sería un aviso de los hados para no caminar hacia mi destino inexorable. De semejante guisa –en pijama, descalzo, trastabillando por no poder apoyar más que el talón y maldiciendo de dolor en todas las lenguas babélicas-, logré llegar renqueante hasta la puerta de la vecina.

Cuando las cosas están por no marchar, nada va bien desde el principio. Recuerdo que Jaime tenía un timbre de tono suave, algo parecido a un sonido de campanas. Eso unido a que también era hombre de pocas visitas, exactamente igual que yo, convertía el ding-dong hasta en compañía ocasional. Pero el “riiiiiiing” que ahora sonaba se me antojaba agudo e impertinente. Insistí unos segundos sin despegar el dedo. Reconozco que a pesar de lo antipático, el maldito timbre fue efectivo: la música cesó y en su lugar se oyeron pisadas calmas por el pasillo. El hecho de no mostrar prisa alguna me impacientó aún más. Al situarse exactamente al otro lado de la puerta, sentí la tapa de la mirilla. El pequeño hilo de luz revelaba que me estaba observando. Esperé. Miré al suelo, miré a los lados; luego de nuevo a la puerta, de frente. Seguí esperando a que ella confirmase su presencia. Nos sosteníamos la mirada, aun sin vernos cara a cara. Nada, ni una palabra. De repente, las pisadas se alejaron. Me quedé atónito. Estaba dispuesto a volver a llamar y arriesgarme a una denuncia por escándalo público, cuando volví a escuchar los pasos acercándose. Sorpresivamente, una nota sucinta se deslizó bajo la puerta:

-“No sea imprudente; le espero en Paraíso 4, mañana a las ocho. Felicia Böcking”

Y, entonces, sucedió. No espero que entienda en estos momentos lo que la mención de aquel lugar, Paraíso 4, supuso para mí, porque para eso tendría que haber conocido una de las páginas de mi vida que escondo más celosamente desde hace dos lustros. Pero obligado es que aquí lo refiera, aunque se trate de otro más de los fracasos de mi vida amorosa. Sin embargo, éste fue realmente singular.

El local de Paraíso 4 está a tres manzanas de mi casa, y reconozco que entré por primera vez gracias a la invitación de aquellas escaleras negras que iniciaban el descenso hacia el subsuelo. Me atrajo la incongruencia del nombre del establecimiento, “Paraíso”, que no estaba en consonancia con unos escalones de boca de metro que parecía adentrarse en el reino de Mefistófeles. Fuera por la contradicción o por ese número que indicaba un cuarto intento de establecer un paraíso en tierra, el caso es que cedí al reclamo y bajé.

Recuerdo la negrura que me envolvió, donde sólo era consciente de una música electrónica fuera de todo límite legal de decibelios, al ritmo de la cual una gran masa humana se desplazaba casi en bloque por el reducido espacio central, empujándome como si fuese un cuerpo extraño invadiendo su organismo. Hubiera continuado en este magreo colectivo si no fuera por la oportuna mano que me atenazó el brazo con lo que creí garras y luego supe que eran uñas postizas que lograban una largura antinatural. La dueña de las manos de arpía poseía, sin embargo, el aspecto inocente que no tenían sus uñas, así que me dejé arrastrar hacia el único rincón sin danzantes del local, ocupado por un amplio sofá de cinco plazas tenuemente iluminado por una lámpara verde fosforescente situada a su izquierda.

—Has venido—dijo ella, sentada a mi lado, mirándome con una mezcla de admiración y respeto, y tuve la certeza de que me estaba confundiendo con otro.

Acercó una de sus uñas hacia mí y con ellas dibujó un signo en mi mejilla. Me pareció que trazaba una E. Lo que no dudo es de los escalofríos que me recorrieron.

“Soy yo. Mi nombre es Efrén”. Y eso me consoló cuando ella volvió a acercarse, esta vez directamente a mi boca.
Y sus labios profirieron un conjuro en el que quedé atrapado. Llevaba mucho tiempo sin sentir la sequedad en la garganta, los latidos acelerados del corazón, el desasosiego del estómago y la respiración entrecortada. Mi turbado pensamiento se vio arrastrado por un deseo que yo creía olvidado. Ansiaba beber, pero sus labios, próximos a los míos, anulaban cualquier intención que devolviera a mi mente el control sobre mí. Sé que me ruboricé y que mi embotada cabeza vetaba cualquier intención racional que intentara restablecer el mundo real. Sólo vi sus labios rojos como el fuego eterno del infierno. Sólo oí palabras sin sentido que siseando me ofrecían el clandestino fruto. Sentí sus uñas hendiéndose en mi rostro hasta arañarlo. Sus manos abandonaron mi cara desplazándose hacia mi espalda y allí se clavaron como un afilado tridente haciéndome prisionero de su lujuria. Despojado de juicio intenté besar a aquella criatura de las tinieblas, pero algo me lo impidió. Un escalofrío invadió mi cuerpo mientras Felicia, convertida en una extraña criatura de inmensa belleza, aumentó de tamaño cubriendo el local con su presencia. La obscuridad se tornó azul marejada, y su vaporoso vestido irisó tonalidades que variaban del bermellón al índigo. El potente resplandor cegó mis ojos y el deseo ofuscó mi alma. Cerré los párpados y fue entonces cuando descubrí su mirar de hielo y fuego, y su maligna sonrisa. Créanme cuando les digo que no recuerdo cómo llegué al hospital. Me incorporé de la cama con cierta dificultad y toqué el timbre para llamar a la enfermera. —Buenos días, ¿cómo se encuentra? —preguntó. —Bien. Me quiero ir a mi casa. —Ha tenido Vd. un ataque epiléptico. Ahora, cuando le reconozca el neurólogo, si él lo cree conveniente, puede irse. —No soy epiléptico. —Bueno, eso lo tiene que decir el neurólogo. Tiene todo su cuerpo cubierto por hematomas y cortes. Ha debido caerse sobre algo afilado porque en la espalda hay incisiones profundas que le han hecho perder bastante sangre. No nos explicamos cómo se lo ha podido hacer. Su mujer va a venir a buscarlo —fue lo último que me dijo según abandonaba la habitación. Totalmente exhausto me encaminé al baño y apoyando las manos sobre el lavabo contemplé mi acuchillado rostro en el espejo. Cerré los ojos intentando librarme de aquella pesadilla, y cuando los abrí de nuevo, Felicia estaba junto a mí.

Su repentina aparición se me antojó una alucinación y volví a cerrar los ojos para hacerla desaparecer. Al volver a abrirlos continuaba en al mismo sitio.
Con top y minifalda de cuero negro y, maquillada del mismo color, tenía todo el dominio sobre la luz blanca de la habitación.

- Anoche te acompañé en la ambulancia-dijo- y aquí me presenté como tu mujer para tener facilidades.
-Y a todos tus supuestos maridos-dije mientras me volvía a la cama- los marcas así
- No a todos, solo a los que sacan la fierecilla a pasear.
- Pues te diste un paseo de cojones-dije ya tumbado.
- ¡Venga! no seas así. Hasta el soponcio te lo estabas pasando muy bien.
- No te sabría decir.
- Yo sí. El ratoncito movía la cola.

Me alegró que el neurólogo interrumpiera tan inaudita conversación.
- ¡Buenos días! ¿Cómo se encuentra?
- Desde el punto de vista que usted lo pregunta: ¡estupendamente!
- Pues nada, pude irse a casa, pero le damos un informe para su médico de familia por si le volviera a pasar otra vez.
- Creo que conozco los cuidados preventivos.
- Y yo también- dijo Felicia.
- Haga caso a su mujer-apostillo el doctor- ellas siempre saben más.

Llegado este punto, yo ya no sabía si me había convertido en el personaje de un chiste, de un relato surrealista o, peor aún, de uno de suspense.
Evidentemente ella cumplió con su función marital y me llevó a casa en un “Mini” que por dentro olía a canela.
- Anoche vestías vaporosa y hoy de gata ceñida-comenté por el camino.
- ¿Tu solo tienes una camisa?
- Tres. Todas iguales.
- Eso habrá que cambiarlo.

Al fin estábamos ante la puerta de mi apartamento.
- Gracias por traerme-dije. Ya nos veremos.
- No invitas a entrar a la gatita.
- ¡Miedo me da!
- Solo es para ver tu ropero-, dijo con marcada inocencia.

Sentí un súbito escalofrío que me recorría todo el cuerpo, fruto del contacto de mis pies descalzos sobre las frías baldosas del pasillo. No sé decir cuánto tiempo llevaba frente a su puerta con la nota en la mano. De regreso a mi apartamento, acusando aún una leve cojera, recordé de nuevo aquellas paredes donde diez años antes me fue quitando los botones a dentelladas, haciendo jirones mi camisa y destrozando con sus uñas mis pantalones. No era una gata, sino una pantera en celo. Me dejó desnudo con las llaves en la mano, impune a la vergüenza de ser descubierto por algún vecino en semejante circunstancia. No era capaz de razonar en aquel estado, embriagado por su boca, sus manos…

El resto puede usted imaginárselo, no soy hombre que alardee de sus devaneos sexuales, pero aquel encuentro tengo que reconocer que fue la experiencia más salvaje de mi vida. Pasamos horas interminables, con el único apetito que nos proporcionaba nuestros sudorosos cuerpos. Ya de noche, caí exhausto por sus exigencias, inagotable en el sexo.

Huelga decir que al despertar, y como puede suponer, ella ya no estaba allí. La busqué de manera enfermiza por todas partes durante los meses siguientes. Volví al local donde la conocí, noche sí, noche también, dejándome engullir por la masa de gente que bailaba con espasmos mecánicos, pero ninguna mano me rescató. Me fui abandonando y a punto estuvo de costarme el trabajo. Felicia había plantado en mí la semilla de la desesperación, del deseo de sus curvas interminables, de sus envites, de su ansia de mí.

Siento haberle destrozado parte del misterio, al anticiparle que aquella mujer que conocí esa aciaga y agitada noche era Felicia, mi vecina de al lado, pero el subconsciente me ha traicionado y he acabado mezclando pasajes del pasado. Le confieso que su identidad no le resta intriga al relato. Quizás esté pensando que al jurado no le faltaron razones para incriminarme y condenarme, si mi alegato fue tan enmarañado. Y tal vez no esté del todo equivocado, pues la cordura la perdí cuando rasgó mis ataduras y me despojó de mi vida encorsetada. Pero puedo asegurarle de nuevo que nada hice de lo que se me acusó en aquella pantomima de juicio.

Cerré los ojos, aún con su imagen en mi mente, ajeno al trance que acontecería al día siguiente.

A las cinco en punto, sonó mi radio despertador, tan eficiente como poco dado a la indulgencia. La misma voz pizpireta que me despertaba cada día se abrió paso entre la música: “¿Sabes cómo conseguir una buena mañana? ¡Claro que sí, quédate con nosotros! Estaremos ayudándote para que sea la mejor. Ahora, ahorita, una ducha y… ¡a rodar!”.

Como bien puede usted imaginar, con el cuerpo hecho polvo como lo tenía desde los pies a la cabeza, ese día estaba para pocas arengas de optimismo. ¿Se ha parado a pensar cómo demonios consiguen algunos locutores parecer tan sumamente felices a horas en las que casi no están puestas ni las calles? Es increíble, no puedo ni imaginar qué hubiera hecho yo en caso de tener que dar los buenos días a medio mundo después de la noche infernal que había pasado. La cabeza me martilleaba; me sentía mareado, falto de descanso, y sobre todo, estaba tremendamente desconcertado. Acerqué la mano a la mesilla para apagar la radio y rocé la nota. La releí. “No sea imprudente”. ¿Por qué ese tratamiento tan distante a través de una nota fría cuando tiempo atrás había llegado a devorarme lascivamente como una Mantis en celo? Estaba claro que había utilizado el ruido estridente de su música como reclamo para atraerme hasta su puerta, pero una vez allí ¿por qué impedía que la viese? Por otra parte, parecía demasiada coincidencia. Puede que no fuera la misma Felicia. Eso sería lo ideal. Porque si no era así, sólo quedaba algo peor: que ésta fuera la segunda ocasión en la que yo viviera una realidad soñada, o que soñara una realidad, quién sabe. En aquella primera, se sospechó del ataque epiléptico; en ésta, si fuera cierto, yo mismo hubiera sido el primero en calificarme de rematadamente loco, el loco vecino obsesionado por algo que quizá jamás hubiera sucedido. Ojalá la cita vespertina lograse aclararme las cosas: sin duda, las horas se me iban a hacer eternas hasta las ocho.

Súbitamente, algo parecido a fuertes golpes contra la pared de mi habitación me sacó de mis elucubraciones. Retumbaron violentamente una, otra vez, y otra más, hasta que algo se quebró y los golpes cesaron. Por alguna extraña intuición, volví a correr hacia su casa. La puerta estaba entreabierta.

Ese día no fue el trabajo lo único que perdí.

No sé por qué, probablemente fruto del nerviosismo, golpeé con los nudillos en la puerta, abriéndola aún más. Escuché un tintineo y advertí que las llaves colgaban de la cerradura, por la parte exterior. Las quité con intención de dar aviso de ello a mi vecina en cuanto la hubiera localizado. La casa era prácticamente simétrica a la mía -excepto en la pared compartida de mi dormitorio y su cuarto de estar-, así que pude intuir fácilmente la disposición de los espacios. Me adentré a tientas por el pasillo, evitando tropezar con las cajas de embalaje de mudanza y guiado por la luz que salía de la primera habitación a la derecha. En ella observé atónito que sobre una cama sin deshacer estaba cuidadosamente dispuesta ropa de cuero negra; junto a ella, una colección de postizos que incluía pestañas, uñas y varias pelucas. Sobre la alfombra, decenas de fotografías dispuestas una a una en filas, como un cuidadoso solitario de naipes.
En ese momento hubiera podido jurar que el corazón me fuera a explotar en el pecho: yo aparecía absolutamente en todas.

Comprendo su cara de perplejidad, tampoco yo entonces daba crédito. Todas aquellas fotos eran de mi época de adolescente. En ellas reconocí a esos viejos amigos a los que perdí la pista una vez que terminó la época del Instituto: allí estaban Ángel, Carlos, Sara, Manuel, Irene… todos. Bueno, todos no. Observé que faltaba… ¿cómo se llamaba? Era menuda, poco agraciada, tímida; muy peculiar. Si somos políticamente incorrectos, puede interpretar que era una chica fea y rara de narices. Para más desgracia, creo que yo le gustaba, porque nunca me quitaba ojo y se hacía la encontradiza conmigo constantemente. Cuando la pandilla le tomaba el pelo diciéndole que la “E” gigantesca de su carpeta era la inicial de Efrén, contestaba sonrojada que eran unos imbéciles, mientras se alejaba muerta de vergüenza. ¡Pobre chica…!

Algo me hizo reaccionar. Un hilo de voz lastimero en el cuarto de estar pedía socorro ahogadamente. Lo que vi a continuación aún hoy me eriza el vello: en el hueco entre dos sillones estaba mi antiguo vecino Jaime con la cara destrozada, sangrando por la boca. La pared también tenía manchas de sangre; al parecer, le habían golpeado cruelmente contra ella hasta partirle la cabeza. A pesar de contar apenas con fuerzas, me susurró agónico:

-Efrén, es usted… Efrén… ¿qué ha pasado con mi casa?

Sentí un filo helado que barría mi garganta hasta secarla. Un sudor frío humedeció mi ropa mientras las gotas se escurrían por mi frente intentando refrescar mi ardiente cara. No pude evitar las arcadas que promovía mi estómago convertido en nido de culebras. Apoyé mi temblorosa mano en la pared presintiendo el desfallecimiento que vino después. Mis pensamientos se agolpaban desbocados, mientras diversas imágenes violentaban mi razón haciéndome ver algo que yo no deseaba. El asedio a la cordura dio su fruto cuando me vi extrayendo las fotografías del álbum que guardaba en la estantería del despacho, pero, ¿cómo habían llegado a casa de Felicia?
Algo estalló en mi cabeza, algo que resucitó momentos pasados que había guardado con celo en el olvido. Un descuido hizo bajar la guardia de mi yo y mi subconsciente entró victorioso en mi cerebro provocando recuerdos de sucesos que habían sido abandonados en el ayer y que suponía prescritos. Aquella oleada de atávicos pensamientos evocó iconos satánicos sujetados por unas manos jóvenes que se movían al compás de una letanía recitada en latín. El ceremonial proseguía con una persona que sujetaba una vela inclinada permitiendo verter la cera derretida sobre el suelo. Las primeras gotas trazaron una línea vertical, a continuación otra horizontal que la cortaba por uno de los extremos y después otra por el centro y por último… Cerré mis ojos intentando perder aquella visión, pero no era dueño de las percepciones que recibía. Mi aturdida mente visualizó un tablero, naipes y dados que ordenaban la página del manual que relataba el desafío y la persona encargada de realizarlo. Un individuo encapuchado daba órdenes. Un ser que ocultaba su rostro para conferir a su persona un halo sagrado y que tenía por objeto liderar aquel ritual mágico que él mismo había creado. La última visión antes de recobrar el conocimiento fue un círculo compuesto por un único sujeto.
Supongo que el golpe con el suelo me hizo regresar de aquella espeluznante pesadilla. Me incorporé hasta quedarme sentado sobre el parqué. Presioné la sien con los dedos de las manos y apartando, deliberadamente, la mirada del moribundo, le pregunté:
— ¿Dónde está Felicia?
—Esa pregunta ya la hizo Vd. anoche —respondió Jaime con una voz apenas audible.
Puedo asegurarle que jamás hubiera imaginado que nadie a tres estertores de irse al otro barrio tuviera fuerzas para usar la cortesía incluso en un momento tan crítico. Jaime seguía siendo educado hasta el final, pero estaba claro que el pobre hombre desbarraba. ¿En qué momento anterior hubiera podido preguntarle por Felicia? Siempre he sido tan reservado a la hora de dar publicidad a mis asuntos de cintura para abajo que no me cuesta identificar a mis escasos confidentes sobre el tema. Puede que en algún momento de resaca se lo largara todo, aunque me resultaba poco probable. Él y yo teníamos una relación cordial, pero sin duda bastante lejana de lo que se pudiera considerar amistad. No, decididamente no; jamás había podido escuchar de mis labios el nombre de Felicia. De eso estaba tan seguro como de que usted está ahí. Y mucho menos durante la noche pasada, en la que acudí a esa puerta con la certeza de que ya se había mudado. Ni el nombre del buzón ni los nuevos hábitos acústicos me habían indicado lo contrario. Porque a nadie se le ocurre poner su nombre en el buzón si no se ha ido el inquilino anterior… ¿no?

En ese preciso instante, una serie de concatenaciones lógicas comenzó a despertar del letargo a mi lucidez como una súbita bofetada. Recordé de nuevo la nota, remitida por Felicia Böcking tratándome de usted, algo ajeno totalmente a las maneras descaradas de la Felicia que yo había conocido; igualmente insólito el que la firmase con nombre y apellido, como una extraña cualquiera. Ahora lo veía: esa nota no había sido escrita por ella. De ahí lo imprudente –y probablemente peligroso para mi integridad- que hubiera resultado comprobar que la identidad de la persona cuyo nombre figuraba en el buzón no se correspondía con la de quien no debía estar ya en la casa. Por eso la cita en Paraíso 4, intentando alejarme rápidamente de quién sabe qué o quién, sabiendo por alguna razón lo que ese lugar significaba para mí. ¡Qué estúpido…! Todo empezaba a casar como las piezas imposibles de un puzzle.

Jaime aún respiraba entrecortadamente.

-¿Cómo pude no darme cuenta? Fue usted, ¿verdad? ¡Usted me mandó la nota…!

Creí atisbarle media sonrisa de satisfacción en el mismo momento en que escuché el golpe de la puerta, justo un segundo antes de cerrar los párpados.

Créame si le digo que ni un solo instante de estos tres años he podido olvidar aquella sonrisa. Permanece grabada a fuego en mi cabeza la satisfacción que en ella se adivinaba. Me ha acompañado todo este tiempo sin proporcionarme un momento de calma. Cada vez que cerraba los ojos, ahí estaba la maldita mueca. Existía en ella una inquietante mezcla de venganza y crueldad que le transfiguraba la expresión de un modo mucho más desagradable que las lesiones sufridas.

Pero volvamos al momento en que me desperté maniatado. Sí que sabe que alguien me ató mientras estuve inconsciente ¿verdad? Desconozco el tiempo que permanecí descansando en brazos de Morfeo pero debió ser bastante a juzgar por el aspecto de la casa al despertarme. Brillaba de tal manera que nada hacía suponer que había sido el escenario de una atroz agresión. Y yo, pobre de mí, a esas alturas aún no sospechaba nada. El vecino loco, manda narices, el Vecino Loco ¿yo? Aunque continuaba muy confuso, intentaba encontrar un sentido a los últimos acontecimientos y fue entonces cuando percibí unas voces susurrando en la habitación contigua. Una voz varonil y una voz ¿femenina? No estaba seguro. ¿Quiénes eran? ¿Jaime? ¿Felicia? ¿Juntos?

Pero mis dudas fueron inmediatamente despejadas al presentarse ante mí, completa y milagrosamente curado, Jaime y detrás de él… No, desde luego no era Felicia. Pero ¿quién era? Esa forma de caminar, esa estatura, esa cara… recuerda Efrén, recuerda, busca en tu pasado… ¡Henar! Dios mío. Era ella. Ese era el nombre de la muchacha que faltaba en las fotos de mi juventud.

—Ahora empieza a entender ¿verdad? —preguntó Jaime adivinando mis pensamientos.

Claro. Ahora sí. Ahora entendía el porqué del volumen de la música de aquella noche y los golpes en las paredes. Todo era un montaje para amortiguar el ruido del escenario que estaban preparando y de paso para alimentar mi intriga ante la llegada de la nueva vecina….

—Entonces ¿Qué han hecho con Felicia? —acerté a preguntar con la voz entrecortada.

Al igual que tengo grabada en mi retina aquella maligna sonrisa, recuerdo con la misma certeza el eco de la carcajada en estéreo de los dos hermanos, porque resultó que eran hermanos, cuando me respondieron:

—Nunca ha estado aquí ¿de verdad creyó que aún se acordaría de usted?

— Al menos viva, Jaime.— puntualizó Henar, en claro reproche correctivo hacia su hermano.

Un espeluznante alarido partió de mi diafragma, desgarrándome en su camino la tráquea y estallando estridente en mi boca. De repente, las piezas del puzle comenzaban a encajar una tras otra, en mi mente se empezaron a agolpar las imágenes como fotogramas de una película que yo mismo protagonizaba, instantáneas desterradas que ahora cobraban una lucidez inusitada. Pude ver sus torsos desnudos enmarcados por una enorme inicial de cera trazada sobre un suelo de mármol negro. Eran los cuerpos de las mujeres a las que yo había amado, las que me habían despreciado posteriormente con su indiferencia, desfallecidos sobre una inmensa letra “E” cérea, en épocas dispares de mi vida.

Vino a mi pensamiento el cuchillo dentado, su mango de marfil engastado de piedras preciosas y unas manos temblorosas asiendo la empuñadura. Reconocí al pobre diablo que sostenía la daga dentro de un círculo sagrado. Observé como una joven aferraba las manos del iniciado y hundía el filo en el vientre de la víctima, una y otra vez, en diferentes ceremonias ahora concatenadas en mis recuerdos. Pude rememorar entonces los rostros camuflados de los dos hermanos en distintos parajes de mi existencia. Escruté los ojos de Jaime bajo la capucha del maestro ceremonioso, el gesto obsceno de Henar en la joven que declamaba letanías, los vi bailando espasmódicos en Paraíso, en los pacientes que esperaban en la sala del hospital, escurridiza entre mis sábanas en mis poluciones nocturnas… Los intuí vigilando cada uno de mis pasos, con identidades falsas y postizos que los encubría, pero siempre con la misma mirada de rencor con la que en aquel momento me taladraban. Supe que de alguna manera había sido narcotizado, drogado e incluso embrujado. De ahí mis desfallecimientos, mis ataques epilépticos y mis desvaríos.

— Ellas no te merecían, Efrén, y Felicia menos que ninguna.— me susurró Henar acariciando mi cara.

— ¿Por qué ahora, después de diez años?— le espeté girando bruscamente la cabeza.

— Porque la semana pasada encontraron sus huesos en las excavaciones del nuevo centro comercial a las afueras de la ciudad, y no les costará mucho hallar sus cráneos en el doble fondo de tu armario…


Final,
por Carlos Aganzo:

Sí. No voy a negar ahora, como me empeñé entonces a lo largo del juicio, que los cráneos estaban ahí. Sucios y malolientes. Colocados unos encima de otros de manera estratégica: cuatro, tres, dos, uno… formando una pirámide azteca. No. Ya dije que aquello fue un auténtico circo de tres pistas. Los jueces y los abogados disfrutaron de lo lindo. ¡Y qué decir de los periodistas! Y yo no tenía cabeza para dar explicaciones sobre los cuchillos, sobre los restos que encontraron entre las telas del sofá del cuarto de estar, sobre la colección de pendientes y de uñas postizas en los cajones de la cómoda… sobre nada. Pero al fin, después de tres años metido dentro del círculo, repasando día y noche, noche y día, los perfiles de la letra E que tanto me tranquiliza, por fin entiendo lo que ha sucedido.

En realidad, todas aquellas mujeres eran la misma mujer. Todas se llamaban Felicia, aunque cada una tuviera su propio apellido (alemán, danés, persa, griego, qué más da), cada una su manera de hablar, sus pendientes, su color de uñas, su falda, el detalle de su lencería… Pero a la hora de irse a la cama todas eran iguales. Voraces, insaciables, incontrolables, egoístas. La casualidad hizo que me encontrara con ellas y que terminaran subiendo a mi casa, pero lo que entonces yo creía fruto de la embriaguez, del entusiasmo del momento, en realidad obedecía a un plan oscuro y premeditado. Probablemente no hice el amor con ninguna. A la hora de la verdad, Felicia desaparecía y aparecía Malicia. Quiero decir Henar. A estas alturas usted ya me entiende, ¿verdad? Debí sospecharlo por su sonrisa maligna. La misma sonrisa de su hermano Jaime, el maestro de ceremonias. Ellos las mataron. No yo.

Cuando vi las fotografías lo entendí todo. Cuando recordé en los labios de Felicia que me susurraban: “Ellas no te merecían, Efrén; ellas no te merecían”, todo empezó a cobrar sentido… He pensado contárselo al abogado, ahora que por fin lo comprendo. Pedir que reabran el caso. Pero la verdad es que aquí, metido en el círculo, no se está del todo mal. No hay que soportar el despertador a las cinco de la mañana. No hay que aguantar el olor a colonia barata de las personas entrando en el autobús. Su falta de educación. A mí mis padres me enseñaron por lo menos a decir buenos días, y buenas tardes, y buenas noches… Y aquí también estoy a salvo de ellos. Ahora solo busco la paz. La paz. La paz. Con que usted me crea es suficiente.

 

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